Bajo la mirada expectante de más de ochenta mil personas, presentes en el Estadio Luzhniki de Moscú, y la de millones de espectadores de todo el planeta, que siguieron la transmisión en vivo por televisión, culminó la cita mundialista de Rusia 2018 con una deslumbrante ceremonia, seguida del partido de la gran final, en el que se enfrentaron las selecciones de Francia y Croacia.
Un carnaval musical, que puso a bailar a los espectadores
El espectáculo previo, con el que Rusia clausuraba su inolvidable mundial, estuvo engalanado con el colorido de la inmensa alfombra azul que cubrió el campo de juego, y la puesta en escena de cientos de bailarines de diversas nacionalidades, con trajes multicolor, acompañados de platillos, balones y estrellas que representaban las figuras del fútbol mundial.
Al ritmo de la música electrónica del DJ Smash, y su canción »Rusia never sleep», jóvenes rusos vestidos de blanco hicieron piruetas con balones sobre el inmenso telón. Al mismo tiempo, 98 coreógrafos, perfectamente sincronizados, con una pantalla led sobre sus cabezas, se unieron para formar una sola imagen que proyectó las mejores jugadas de los diferentes partidos vividos durante la Copa.
La euforia y la temperatura se elevaron posteriormente en Luzhniki, cuando el reggaetonero puertorriqueño Nicky Jam, junto a la kosovar Era Istrefi y el actor estadounidense Will Smith, interpretaron la canción oficial de Rusia 2018 »Live It Up», con la que hicieron vibrar y bailar al público presente.
La ‘Kalinka’ rusa y la samba brasileña de Ronaldinho
Rusia, no se quedó atrás y al unísono, siguiendo el ímpetu de la voz de la soprano Aida Garifullina, acompañada de un coro de niños, cantaron al mundo con orgullo y alegría las notas de una de sus más grandes joyas musicales, entonando la famosa canción rusa »Kalinka», que se mezcló con la samba, cuando sorpresivamente hizo aparición el exfutbolista brasileño Ronaldinho, imponiendo el toque latino y carnavalesco con su tambor atabaque.