Objetivo: Marte

Fuente de la imagen: NASA/JPL-Caltech.

Si hay un área donde la tecnología y la innovación han apostado y deberán seguir apostando fuerte, es la de la exploración espacial, esa frontera final que tanto puebla nuestra imaginación y nuestros sueños con aventuras y descubrimientos asombrosos. En los últimos años viene cobrando un nuevo e inusitado impulso, en algunos casos apoyado por iniciativas privadas que se dan la mano con agencias estatales como la NASA o la ESA.

Marte ha sido siempre la gran meta para los viajes tripulados, después de haber llegado a la Luna. Los proyectos de alcanzar su superficie con vehículos no tripulados, como el Curiosity, ya han descubierto y proporcionado un importantísimo caudal de datos. Esto último, hace que la meta de plantar los pies humanos sobre su superficie sea el próximo gran desafío para el hombre, el próximo gran salto de la humanidad. En gran parte, porque en ello puede residir la sobrevivencia de nuestra especie humana como lo han planteado atrevidos innovadores y científicos como el sudafricano Elon Musk. Ha invertido enormes sumas de su propio patrimonio en pos de hacer realidad este proyecto, para lo cual ha logrado asociar su empresa de desarrollo tecnológico espacial SpaceX con la NASA.

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El proyecto inicial suponía la instalación de una estación en la superficie del planeta rojo, que pudiera mantener las condiciones de cultivo y reproducción de ciertos vegetales y alimentos. Luego, el objetivo se cambió, dado que se percataron, que el real problema consistía en crear un sistema de viaje y retorno, que fuese viable económica y técnicamente, basado en cohetes reutilizables. El ultimo desarrollado por la compañía de Musk en California, donde reside y tiene su sede SpaceX, ha sido el Falcon 9. Allí, se ha desarrollado también un sistema de transporte de astronautas hacia los transbordadores y estaciones espaciales llamado Dragon, ya aprobado por la NASA a un coste de mil seiscientos millones de dólares.

Las dificultades técnicas de un viaje de tales características son enormes. Para comenzar, los viajeros iniciales emprenderían una jornada sin retorno, dejando atrás y para siempre sus familias y sus vidas. Las primeras aproximaciones se harán alrededor del 2020, y aún con sistemas no tripulados, que analice las condiciones técnicas de los vehículos y las instalaciones científicas a ser establecidas en suelo marciano. Luego, vendrán las misiones tripuladas. La primera espera llevarse a cabo en el año 2030.

Desde el punto de vista técnico, el viaje a Marte es una hazaña y aún se está lejos de lograrla, pero avanza por buenos caminos, o quizás, debamos decir por buenos cielos.

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